Manifestación Del Estrés

A la primera fase con la que se nos manifiesta el estrés se le denomina “alarma”. El cerebro se imagina o realmente se percata de que nuestro cuerpo está siendo sometido a determinados estímulos con los cuales no está acostumbrado a interactuar. Dichos estímulos se caracterizan por ser:

  •    Amenazantes
  •    Aparentemente incontrolables
  •    Impredecibles
  •    Novedosos

Estas características no tienen que concurrir simultáneamente. Ante esta situación el organismo responde tratando de mantener de manera profiláctica un equilibrio y para ello reacciona con todo un despliegue de medidas de carácter fisiológico que involucran a todos sus recursos.

MEDIDAS MÁS IMPORTANTES QUE TOMA EL ORGANISMO PARA DEFENDERSE:

  • A los efectos de fortalecerse, el cuerpo absorbe rápidamente todos los nutrientes disponibles en ese momento.
  • Aumenta la sudoración para refrescar al cuerpo y hacerlo más ligero.
  • Aumenta la temperatura corporal como mecanismo de protección.
  • Con el objetivo de quedar fortalecidos se tensan, sobre todo, los músculos del cuello, los hombros y la espalda, mientras que se cierran las manos y se contraen los puños, quedando listos para la defensa.
  • El pulso se incrementa debido a que el corazón comienza a latir más rápida y fuertemente aumentando así el bombeo de sangre con el propósito de facilitar los movimientos que se necesiten desplegar.
  • La mente se pone en estado de alerta.
  • Las cuerdas vocales, como músculos que son, también se tensan quedando aptas para poder gritar.
  • Nos ponemos pálidos ya que se contraen los vasos capilares para preservar la sangre en caso de que ocurriera alguna desgarradura dérmica.
  • Para poder tomar la acción más consecuente se produce coyunturalmente una jerarquización funcional de los órganos de nuestro cuerpo, a saber, como se supone que no serán de tanta importancia en esos precisos momentos, se desvía la sangre tanto del sistema reproductor como del sistema digestivo y del excretor hacia los órganos más vitales.
  • Se activa el sistema endocrino y se secretan las llamadas hormonas del estrés a los efectos de minimizar posibles dolores, hemorragias y traumas, así como resistir el hambre y aumentar la energía.
  • Se activa el sistema nervioso autónomo y nos ponemos en posición defensiva / en guardia.
  • Se agudizan los sentidos para lograr su óptimo desempeño.
  • Se dilatan las pupilas para que entre más luz a los ojos y de esta forma poder distinguir lo mejor posible el agente estresante.
  • Se intensifica la respiración y las cavidades bronquiales se expanden a los efectos de facilitar la presencia de más cantidad de oxígeno en el cuerpo.

Todas las alteraciones fisiológicas antes descriptas conocidas como “respuesta de lucha o huida” ocurren de forma intensa, rápida e involuntaria. 

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