La alegría de enseñar música a niños especiales
Por Víctor Castillo
Víctor Castillo es Capellán, músico, director del grupo de alabanza de la Iglesia Cristo Vive, en Miami, e instructor en el Miami Lighthouse for the Blind un proyecto donde las personas con necesidades especiales, en la parte visual, aprenden música.
En conversación con Learning To Live y la Nueva 88.3 contó que, como parte de sus labores diarias, da instrucción musical a personas que no ven, o que no ven bien, a fin de que “pueden tener un espacio donde entretenerse, dónde hacer música, donde ser instruidos y ser insertados a la sociedad”.
Añadió que buscan permitir a estas personas cumplir con sus sueños. “Trabajar en ese lugar cambió mi vida totalmente, porque uno se convierte en una persona más sensible, al tema de las necesidades especiales, ese es un llamado de Dios, servir a otros, pero servirles con amor, sin importar su condición” destacó.
Para romper el hielo con sus nuevos estudiantes, este instructor, suele preguntarles ¿cuál es tu canción favorita? Una pregunta que activa la interacción.
Explica que inmediatamente después comienza a interpretar la melodía mencionada por el alumno, para generar empatía y les invita a imitar lo que está haciendo, “y entonces algunos empiezan a dudar, pero lo intentan, hay unos que sí tienen más conocimiento, pero la mayoría de ellos siempre lo intenta y surgen las ganas de aprender”.
Destaca Castillo que, al lograr interpretar su primera melodía, la satisfacción y la expresión de felicidad de los niños “no tiene precio”.
El programa que dirige este músico atiende a jovencitos con edades entre los 12 a 18 años, pero destaca que en Miami Lighthouse hay diversidad de programas, algunos incluso para adultos. Para más información al respecto, recomendó visitar el portal www.miamilighthouse.org.
Víctor además de docente, es un director de alabanza y al respecto comentó que antes de iniciar su labor le entrega todas sus inquietudes y necesidades a Dios, añade que, “pasa algo increíble, es cuando se rompe todo y tú te sientes libre y tranquilo, en esa paz que sobrepasa todo entendimiento, uno no la entiende, pero la siente y la vive, y como la sientes y la vives la puedes dar”.
Afirma que la mejor alabanza o la más efectiva surge “cuando tú permites que el Espíritu Santo de Dios fluya a través de ti, o a través de un instrumento musical, o de las voces, para que las personas se conecten con Dios, en ese momento suceden milagros, prodigios y maravillas”.
Explicó que la música tiene la capacidad de causar felicidad, pero la felicidad sin Dios es pasajera, mientras que la felicidad con Dios es gozo. Concluyó señalando que “la felicidad es temporal y el gozo es eterno y no depende de las circunstancias”.
Víctor Castillo